Por Esteban Loaiza Rojas
Julieta se levantó como de costumbre, siempre a las cinco de la mañana, ni un minuto más ni un minuto menos. Ya han pasado varios meses desde que salió de la fábrica, una taza de café y un vistazo a su teléfono se ha convertido en su nueva rutina. El recuerdo de charlas y momentos al lado de sus compañeros la entristecen y en muchas ocasiones la impotencia la agobia, esa sensación de no saber que hacer, donde buscar esa estabilidad que antes se tenía. Y a pesar de que el futuro no se ve muy claro adelante, Julieta sigue caminando. Va caminando al lado de Pedro González, un mesero que comenzó a trabajar a medio tiempo en un viejo restaurante de la capital. No es lo que el deseaba, ni lo que se había imaginado, pero a pesar de eso sigue, sigue atendiendo a las personas, con la misma pasión y calidez que lo caracterizan.
Un día en medio del café de la tarde miré a Emilia, la vi llegando al pequeño local en donde mi amigo Pedro trabaja, Emilia no es muy alta, es de tez muy muy blanca, y de ojos muy claros. Sabía que algo no andaba bien por la expresión de su rostro, sabía que había llorado por lo rojo de sus mejillas. Me le acerqué muy sutilmente y con un tono suave y hasta un poco susurrado le pregunté, ¿estás bien? Su respuesta fue un rotundo no, “me acaban de despedir del almacén, ahora qué hago con Ariel, con su escuela, con sus gastos, ya sabes que Frank nos dejó desde que ella tiene tres meses de nacida”. Me quedé en silencio y comencé a meditar en todo lo que estaba pasando a mi alrededor. En medio del silencio Emilia interrumpió y me dijo, “todo va a estar bien, pronto pasaré esto vas a ver”. Se levantó de la mesa y se fue.
Me asombra en gran manera la valentía y el coraje que tienen muchas personas para sobreponerse de situaciones difíciles. El coraje para no dejarse pisotear por las circunstancias. Puede ser que la historia de Julieta, la de Pedro o la de Emilia sea con la que te identifiques o conozcas a una persona que esté pasando por una situación similar. Ninguno de nosotros quiere pasar por el trago amargo de la decepción, de un despido o de un medio tiempo por fuerza mayor, pero más allá de lo negativo de las circunstancias, ¿cuál es la mentalidad con la que enfrentamos cosas?
Este tiempo no ha sido fácil para muchos de nosotros, el adaptarse a una “nueva normalidad”, el cambiar un poco lo que estábamos acostumbrados, el no poder compartir físicamente con muchos de nuestros seres queridos nos ha marcado. El ver gente que amamos partir…
Y tal vez me digas, no es tan fácil poder sobreponerse a las circunstancias, cuando las cosas no salen como las hemos planeado. Claro mientras estemos en este cuerpo la lucha va a ser constante e intensa. Pero me encanta la frase de Confucio que recita así, “no importa lo lento que vayas mientras que no pares” y siento que ahí está el secreto y es el caminar, el avanzar hacia nuestras metas a pesar de las circunstancias.
No sé si alguna vez has escuchado la historia de J.K. Rowling, o sepas quien es. Muchas personas no la conocen, pero si han escuchado o visto mucho de su obra, Harry Potter. Rowling nació en el Reino Unido. Desde muy pequeña le gustaba escribir y tenía un talento extraordinario para ello, pero no se atrevía a enseñar o publicar muchos de sus escritos. Hizo las pruebas de acceso a Oxford, pero fue rechazada por lo que finalmente se aspiró a la Universidad de Exeter, donde estudió filología francesa y clásica. Pero no todo fue color de rosas, en el camino Rowling tuvo que enfrentar un proceso de separación, tuvo que enfrentar el ser madre soltera y sobrellevar una dura depresión.
Pero eso no la detuvo cuando la situación estaba más dura, siempre siguió escribiendo, hasta que un día se dio la oportunidad de publicar una de sus obras la cual nunca imaginó que la pondría en la cúspide y ser unas de las que tal vez más dinero reciba por hacerlo.
La escritora Rowling es una inspiración para muchas personas que han pensado en algún momento tirar la toalla, el no seguir luchando porque tal vez se piensa que no vale la pena. Te invito en algún momento puedas leer su historia sé que será de mucha inspiración para tu vida. Pero lo que quiero decirte realmente es que no estás solo ni sola, estas rodeado del amor más grande en este mundo y es el amor de Dios.
La navidad es una fecha de esperanza, una fecha en la que puedes comenzar de nuevo y con la ayuda de Dios salir adelante. Si en este año que termina has perdido algo, o a alguien, no te digo que no lo llores o que hagas como si nada pasó, porque como te mencionaba antes mientras estemos en este cuerpo tenemos sentimientos y apegos. Pero lo que no se vale es quedarse ahí, el no seguir adelante y vivir, luchar por nuestras metas y lo que anhelamos.
No sé si estas pasando lo mismo que Pedro, tal vez que Julieta o hasta estés enfrentando lo mismo que Emilia, sea lo que sea tu situación hay esperanza y puedes salir adelante.
Y quiero despedirme con esto, La Biblia en Josué 1.9 en su versión al lenguaje actual dice lo siguiente: “Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudare por donde quiera que vayas”.
Que este año que termina sea el comienza uno mejor y de muchos por delante.
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