Por Josué Masís Abarca
A fecha de publicación de este blog ya es 6 de diciembre, y pucha, ¡qué rápido se nos ha ido este año!
No vamos a hacer un recuento de lo que pasó en el 2021 que probablemente ya Yaco está trabajando en eso, pero no es el punto. En 25 días estaremos cerrando el año y desde ya tenemos una lista de pendientes para enero.
Este 2022 necesita que Costa Rica se una en un compromiso social de cara a las elecciones presidenciales. Después de un periodo marcado por la sindemia del COVID-19 necesitamos más que nunca la unión para encontrar soluciones que nos ayuden a enderezar el rumbo de nuestro país. Tenemos de frente la reactivación económica y la vuelta a la nueva normalidad, y se requiere de la población para llegar a buen puerto.
Hay temas por mejorar, como la educación, el robustecimiento de nuestro sistema de salud, la seguridad pública frente a las crecientes olas de violencia, la transparencia política después de tantos casos de corrupción que han sido mediáticos.
La pregunta está en ¿qué podemos hacer desde nuestras posiciones para que este 2022 sea más provechoso que el 2021?, ¿qué aprendimos de estos dos años anteriores para no cometer los mismos errores?, ¿qué cambios son necesarios para reinventarnos como sociedad? Nunca nos habíamos enfrentado a un panorama tan esperanzador como este, en el sentido de que, si bien no estamos frente a ese cliché desgastado del borrón y cuenta nueva, sí que tenemos que enmendarnos respecto a lo que dejamos en el pasado.
Todavía hasta 2019 siempre nos hacíamos la pregunta de en dónde nos veíamos en cinco años, y ciertamente todo el 2020 nos frenó violentamente y nos obligó a replantearnos el camino. ¿Cómo nos vemos en 2022?, esa es la cuestión.
Solo queda trabajar, confiar y pedirle a la deidad que sea que tengamos un mejor presidente, que la economía mejore, que ya no haya tantísimo chorizo, que haya brete para todo el sector desempleado, que la Sele clasifique al mundial y no haga el ridículo, y el resto se lo dejo a ustedes.
Reflexionemos, carajo, que diciembre no es solo para tamalear y pa’las birras. Por dejarle el tanate a los demás es que estamos como estamos desde hace como 40 años.
Escribir un comentario
Comentarios